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Algunos efectos sistémicos del confinamiento

04 Diciembre 2020
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Muy listo es el que sabe lo que hay que hacer, el que puede predecir con certeza el futuro, el después del confinamiento o cómo debería hacer el gobierno y otros...

En este artículo, hablaré más sobre cómo me siento, lo que voy a poner en marcha, apoyándome en dos puntos importantes para mí:
  • “Ser desde ahora, el mundo que deseo para mañana.”
  • Tal como lo he escrito en mi libro publicado en junio de 2017: hemos nacido en este momento de transición entre la era industrial y la era digital, y de nosotros depende superarla con éxito. Hoy en día, pienso que este virus ha venido para acelerar este momento de transición.

En realidad, este artículo se compone de una serie de pequeños artículos. Por tanto, podrá leerlos uno tras otro o empezar por el que le interese, por el medio o el final.

Podrá leer:

  • Uno de los significados que veo del confinamiento
  • Los efectos sistémicos y el mundo de mañana
  • Los efectos sistémicos y mi parte en el mundo empresarial
  • Los efectos sistémicos en el mundo de la salud
  • Los efectos sistémicos con la proliferación de los Webinars
  • Los efectos sistémicos del teletrabajo
  • Los efectos sistémicos y los programas de formación

Mientras que otros están en primera línea para cuidarnos, para permitir que tengamos nuestros productos de primera necesidad (agua, energía, etc.), desde mi sofá, delante de mi ordenador, en mi pequeño pueblo tranquilo del sur de Francia, es muy fácil criticar para rehacer el mundo.

Seguro que, por parte de nuestros gobiernos, me hubiera gustado una mejor anticipación a esta crisis sanitaria, una mejor comunicación y gestión de la hidroxicloroquina, y por parte del Dr. Raoult, una mejor gestión del material para nuestros sanitarios y menos ego. Luego, es fácil criticar, clamar contra la conspiración y demás. Por supuesto, yo también lo vivo, a través de mi prisma, de mi marco de referencia, cuando acompaño a una empresa que se encuentra en crisis.

Cuando veo este fenómeno incomprensible de personas que se abalanzan en los supermercados para comprar papel higiénico. Cuando veo a cretinos que han roto coches del personal sanitario para robarles su material. Cuando escucho que ha habido un aumento de la violencia familiar. ¿Qué habría pasado si hubieran dicho: todo el mundo debe portar mascarillas pero no las tenemos? Este dicho que afirma: «en período de guerra, la primera víctima es la verdad» parece ser realidad.

Cuando veo a personas que han pedido de forma anónima a sanitarios, que se muden porque pueden contaminar el inmueble. Cuando veo a personas que han denunciado a la policía que un vecino ha salido 3 veces y no una, en lugar de intentar hablar entre vecinos.     
Estoy conmocionado. Estamos en una guerra sanitaria, y por tanto, todos contra uno, y no los unos contra los otros.  

Cuando después de 3 semanas de confinamiento, hay personas que ignoran las reglas y deciden irse de vacaciones. Dudo que exista una buena solución.

Por tanto, prefiero mirar lo que este confinamiento origina en otros lugares y veo tres palabras:

  • Paciencia: sí, el confinamiento nos permite ver nuestra relación con la paciencia. Esperar sin saber, estando simplemente aquí, porque al final no podemos hacer mucho más y solo nos queda hacer lo esencial para nuestra existencia: estar aquí, con uno mismo, con los que amamos.
  • Altruismo: sí, el confinamiento nos permite darnos cuenta de que cada uno, a su nivel, es importante en la cadena humana. El uno sin el otro, no somos nada. Para vivir, necesito del otro. Ganamos estando juntos, pero aquí, no ganamos contra el otro como le gusta a la era industrial, solo podemos ganar todos juntos, o sino, solo habrá perdedores. Nos confinamos por solidaridad.
  • Economía: sí, este confinamiento nos obliga a mirar nuestra economía y ver cómo quiero gastar el futuro. José Miguel Alvarado, coach sistémico y también sacerdote, se ha formado conmigo en Chile y me recordaba la etimología de la palabra economía: el arte de administrar bien una casa. ¿Sería un impulso del destino? En todo caso, no puede hacer daño.

 
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Me temo que el dicho: « el hombre necesita una gran crisis para cambiar », una vez más es verdad. Es una pena, y me pregunto: ¿no somos lo suficientemente inteligentes para cambiar sin pasar por crisis? y finalmente, ¿para cambiar el qué?

Por mi parte, encuentro que el cambio que es necesario realizar es simple, y por tanto, profundo, y creará un giro. Basta con reequilibrar el cursor entre el valor capital y el valor humano.  

Es una reflexión muy intelectual, pero a corto plazo ¿qué quiere decir?

Si hoy no critico las acciones del gobierno, mañana seré intransigente con las lecciones que aprenderá de esta crisis sanitaria:

  • ¿Qué hará por el sector hospitalario? ¿una poción milagrosa o responder al fin a las demandas del personal sanitario? ¿Mirará la salud como una variable del ajuste económico o como un valor necesario para el hombre?
  • ¿Revalorizará realmente el salario del personal sanitario o le dará una bonificación directa?
  • ¿Reactivará la atención primaria y detendrá los desiertos médicos? Si simplemente hubiera habido una asistencia sanitaria de proximidad, ¿pensaría que la crisis sanitaria hubiera tenido otra evolución?
  • Y mucho más allá de la crisis sanitaria, ¿abordarán los países la cuestión esencial: ¿qué debe ser nacional, europeo, LATAM, mundial? El objetivo no es convertirse en una total autarquía única y encerrada, el reto es llegar a ser autónomo en interdependencia. Me aventuro a citar al filósofo Alexandre Jollien: ser libres, juntos.  ¿De qué productos sanitarios y de otro tipo, deben llegar a ser autónomos todos los países para no depender más de los otros, porque precisamente esta autonomía nos permitirá ser realmente interdependientes?


Por supuesto, no se hará en 10 minutos, y aportaré mi piedra para ese edificio, y si no se hace nada y comenzamos de nuevo como antes para reactivar solo la máquina económica, entonces sí, seré el primero en salir a la calle con o sin mascarilla para criticar y hacer mi parte para permitir un giro.



Mi parte en el mundo de mañana, comienza desde ahora. Empieza en lo que sé hacer: acompañar el mundo empresarial. Él también juega su parte y yo juego la mía en el sistema empresarial.
   
¿Seguirán las empresas haciendo como antes o están preparadas para tomar nuevas decisiones que ni siquiera podrían imaginarse estar pensándolas antes?

En una relación de coaching, con un cliente, estamos en paridad, por tanto, nos elegimos de forma conjunta en relación con nuestros valores y nuestras competencias para crecer juntos.
     
Para acompañarle a pensar de forma diferente, actuar de forma distinta, y desde luego le realizaré nuevas preguntas para permitirle pasar a la acción de manera diferente. En la dirección de este cambio de cursor entre el valor capital y el valor humano, y que origina nuevas acciones en profundidad, plantearé preguntas como:
  • ¿Cómo planea repartir sus riquezas?, ¿será diferente de antes? Un cambio aquí puede tener repercusiones sistémicas simples que crearán nuevos sistemas de procesos más centrados en la transparencia, confianza, equidad y solidaridad.
  • ¿Qué acciones reales, pragmáticas, medibles, llevará a cabo para el medioambiente? ¿Qué ha comenzado? Dejemos de hablar, dejemos de hacer anuncios de marketing y hagámoslo. El confinamiento ha creado menos polución. En la India, vuelven a ver la parte alta del Himalaya a más de 200 Km. a la redonda. Hacía 30 años que algunas personas no la habían vuelto a ver. Eso es suficiente ¿no?
  • Subcontratar en China y en otros lugares, permite que sea barato. Como siempre lo barato cuesta caro, y aquí, nos cuesta muy caro. ¿Qué va a hacer de diferente? ¿Se trasladará a su país o pagará más por sus proveedores? ¿No es ésta también una forma de reequilibrar los mundos y la interdependencia?
  • ¿Qué ha aprendido del teletrabajo? ¿Qué conservará? ¿Qué abandonará? El teletrabajo obliga a ser más preciso, conciso, más vulnerable, a confiar más en el otro, más paritario, más en postura de circularidad y no en postura de polaridad.  
  • Si actualmente los indicadores de medición se centran en las finanzas, ¿qué pasará mañana? ¿Ha sido iniciada una reflexión para crear nuevos indicadores? Este cambio puede parecer simple, pero tiene una consecuencia de primer orden. De hecho, las empresas que han posicionado el cursor demasiado hacia el valor capital, cada vez que tienen que tomar una decisión y dudan en la elección, la elección que prevalece siempre es la que permite aumentar el valor capital. Añadir otros elementos al valor capital solo crea un cambio de paradigma. Este nuevo indicador está por inventar. El Sr. Antoine Frerot, CEO de Veolia, 171.000 empleados, lo resume muy bien cuando dice : « el siguiente paso será la puesta en marcha de los indicadores de rendimiento, tanto financieros como sociales, e incluso medioambientales para cada uno de los objetivos que deseamos servir a los intereses: los accionistas, los empleados, la conservación del planeta, etc. »
No importa cómo se perciban mis preguntas, sin duda, algunas organizaciones ya no me querrán, poco importa, ya no puedo ser cómplice de un sistema que llega a su fin. Simplemente, sé que las organizaciones me pedirán que las acompañe para lograr el éxito en su transformación porque están en el camino, y otras se darán cuenta de que existen otros caminos.


Evelyn Muñoz, Directora de Anse Chile, está muy implicada en el mundo sanitario. Desde que el virus llegó, incluso antes de que se establecieran los confinamientos, ella me anunció enseguida las repercusiones que esto tendría sobre el personal en primera línea y sobre los demás.  

Inmediatamente, ofrecimos nuestros servicios de coaching sistémico a las clínicas de forma gratuita. Hemos comenzado en Chile, España y Francia. Al final, en el mundo sanitario, no hay diferencia cultural. El impacto es el mismo, independientemente del país.  

Después de 10 días, nos ha sorprendido el hecho de que algunos sanitarios, más allá de la necesidad de hablar, necesitaban un espacio, una escucha que precisamente no venía del mundo de la salud. Necesitaban confidencialidad y no sentirse juzgados. Me he dado cuenta de que los valores de una profesión podían ser pesados.  

También hemos observado, el hecho de que el personal intermediario y el personal administrativo estaban, a la vez, llenos de dudas, de culpabilidad y de necesidad de actuar, tomar decisiones claras, precisas, al servicio del cuidador.

Después de 3 semanas, sobre todo en Europa, tenemos menos llamadas del personal sanitario porque seguramente está agotado, robotizado, vaciado, tenemos más llamadas del personal administrativo que comienza a pensar en el después. Eso es alentador, porque piensan en el después.  

Con Evelyn y el equipo de cochas sistémicos que nos rodean, nos hemos comprometido a estar presentes varios meses después del fin del COVID. Agradezco a todos los coaches sistémicos que he formado en Francia, España y Chile que se han ofrecido como voluntarios.     
Representamos un grupo de más de 100 coaches dispuestos a responder al mundo sanitario.  


 
 

Antes de explicar mi percepción sobre los webinars, me parece importante precisar mi marco de referencia en el tema del coaching.

Estamos en esta fase de transición entre la era industrial y la era digital. Para hacer un resumen rápido, la era industrial es la era de la jerarquización, del poder descendiente del control, del proceso, de la información, del tener. Como me gusta decir: « a fuerza de ir al este, nos encontramos con el oeste ». La era industrial llega a sus límites. De estos límites nace la era digital, sin duda, para llenar un vacío. La era digital es más la era de la red colaborativa, del poder delegativo, de la paridad, de la confianza, de la vulnerabilidad, de compartir la información, del ser.

El oficio de coaching empieza a desarrollarse verdaderamente en los años 1995-1998, es decir, en el momento de la llegada de internet, por tanto, de la era digital. El oficio de coaching nace de los valores de la era digital.

Con el confinamiento, hay una proliferación de ofertas de webinars gratuitos o de pago.    
Como ponente, me piden que realice webinars en Zoom u otras plataformas. Me doy cuenta de que el formato siempre es el mismo. El ponente, en este caso yo, habla sobre un tema durante 30-45 minutos, y después hay 15-30 minutos de discusión. Podríamos pensar que estamos en el intercambio de información de la era digital, y me he dado cuenta de que no es así, en absoluto. En realidad, el ponente cuando habla de su tema, simplemente hace su espectáculo, enseña sus músculos. Es decir, se encuentra en la postura muy jerárquica de la era industrial.       

Después, observamos que en cuanto llega el momento del intercambio y de las preguntas – respuestas, el número de conexiones baja. Concluyo que, o bien yo soy soporífero o que las personas vienen a consumir información y cuando la tienen, se van. Conclusión, este tipo de webinar es totalmente de la era industrial.

Por tanto, he decidido hacer totalmente diferente : al principio me presento, vuelvo a dar mi marco de referencia del coaching como he indicado más arriba, en menos de 8 minutos, y después durante 1 ó 2 h. hablamos sobre los temas que deseen los participantes. He denominado a este tipo de Webinar : Webinars de tema OPEN.

Entonces, mi papel es crear un espacio, un crisol de crecimiento para el conjunto de participantes, incluido yo mismo. Solo hago mi trabajo como coach sistémico.

Hice uno para Sinergia, un grupo de coaches de Costa Rica. A todos les gustó mucho. Así es como el grupo respondió, por ejemplo, a una petición de Samantha sobre una oferta con la que estaba teniendo problemas para formular. Se creó una relación de coaching cuando Gustavo preguntó: « ¿Qué debo hacer ahora para preparar un futuro mejor ? Es quizás, mi mejor teleconferencia o telecoaching.

Propuse hacer un poco de forma diferente, a una empresa que quería un coaching de equipo por teletrabajo. Sugerí que para este tema en concreto, la persona portadora del tema expresase su petición y sus objetivos a través de un vídeo de 3-4 minutos, que puede realizar fácilmente en su casa. Después, antes de la reunión, cada uno ha podido ver el vídeo y  he acompañado al equipo en las acciones a realizar. Se logró ahorrar un montón de tiempo y la persona que expuso su objetivo dijo : “me obligó a plantear bien los objetivos y entonces, todos fuimos más eficaces.”

Entonces, le propongo en Francés y en Español dos webinar de tema OPEN:


 
 

 
 

¡Viva el teletrabajo ! (hablo aquí de oficios que pueden hacerlo) porque va en la dirección de la descontaminación, de otra libertad, de una descentralización, de una apertura hacia la naturaleza porque las personas necesitaremos estar menos concentrados en las grandes ciudades. Además, los poderes públicos tendrán que adaptar su elección. Imaginemos que el teletrabajo se desarrolla y las personas deciden dejar las grandes ciudades de vuelta « al campo ». Automáticamente, eso generará un regreso a la naturaleza, por tanto, una realidad frente a la noción del tiempo, porque la naturaleza sabe recordarnos que hay que dar tiempo al tiempo. La paciencia se desarrollará. También serán necesarios hospitales de proximidad y otros servicios públicos, tendrán que descentralizarse. Seguro que internet será muy útil, pero en la salud por ejemplo, y en otros campos, la presencia del ser humano es indispensable, y será necesario readaptar la oferta a la demanda.

El teletrabajo también cambia la relación con la jerarquía, es más delegativo, la confianza se vuelve necesaria, los mensajes y las decisiones son más precisas, claras, medibles. Puede ser que al final, la reunionitis desaparezca.

En Toulouse, hemos transformado la supervisión sistémica colectiva presencial en supervisión colectiva online, y como dijo muy correctamente Jean-Yves Reynaud, Coach Sistémico: solo falta el olfato.

Sí, tiene razón, falta la presencia física, el calor humano, hay una pérdida de vínculo, falta esta pequeña mirada que marca la diferencia, este pequeño guiño que aporta la ligereza, este momento de intercambio entre los momentos de trabajo, este momento que crea la pertenencia, la intuición, lo irracional, este momento de descanso.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     

La ausencia del colectivo puede crear un vacío, que deshumaniza.

Entonces sí, es necesario preparar ya el después, con momentos para recrear esta pertenencia, este vínculo, el que nos ha faltado, al mismo tiempo que conservamos las ventajas del teletrabajo. Estos momentos ya no pueden ser como la reunión de antes, necesariamente serán diferentes. Pienso que, al principio, habrá urgencia por recrear el vínculo en el conjunto de la organización. Este vínculo será, por tanto, aún más fuerte, si todos lo creamos juntos, en la misma sala, para replantear la nueva organización, los nuevos objetivos, los nuevos indicadores de medición, porque pocas personas querrán volver a lo de antes.    

Todos sabemos que volver a hacer como antes, seguramente sería un fracaso colectivo. Y si el teletrabajo se desarrolla, luego será necesario para la organización recrear este tipo de encuentro de manera regular.

Inevitablemente, veo este después a través de mi prisma, y sin duda, predico para mi parroquia, si el coaching sistémico de organización empezaba a ser cada vez más demandado, va a serlo aún más.

Le invito a releer un artículo que escribí hace varios meses sobre el coaching de organización.

 
 

Para mí, este confinamiento también es el momento de volver a pensar en lo que ha funcionado muy bien durante años, y especialmente, en el programa de formación al coaching sistémico de la escuela Metasysteme de Alain Cardon que desarrollo desde 2012 en Madrid y desde 2019 en Chile.

Siempre respetando lo que desarrollamos a través de las competencias de la ICF, he vuelto a pensar en el programa denominándolo «Programa de FormAcción ». He añadido 25 vídeos que representan 4h.30 min. de teoría sobre el movimiento de Marketing-Venta, para precisamente dejar espacio solo al telecoaching, con el fin de que el programa se convierta en un verdadero área del coaching, que permita a todos establecer planes de acción para conseguir sus objetivos con resultados extraordinarios. Es porque la persona lo vive, que lo vivirán sus clientes o equipo.

Del mismo modo, con el avance del grupo, crearé momentos de intercambio y ejercicios virtuales. Combinar las ventajas de lo digital y de lo presencial para eliminar los inconvenientes de los dos enfoques tomados de forma separada.   

La edición 2020 de Madrid ya se benefició de este nuevo enfoque y la edición 2020 de Chile, que tendrá lugar en junio o julio según la evolución de la alarma sanitaria, también se beneficiará de él.

 
 
Vivimos una época histórica y más allá del sufrimiento personal que provoca el virus, veo este momento de giro como una oportunidad de poder participar y convertirme en un actor sujeto, de este momento único que vive toda la humanidad.

Por supuesto, no es más que mi percepción desde mi confinamiento, déjeme un mensaje, estaré encantado de recibir la suya.

Y si desea que avancemos juntos para permitirle modificar su cursor entre el valor capital y el valor humano, déjeme también un mensaje.


 
Quédate en casa.

Gracias

Un Fuerte Abrazo Sistémico.

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