Gracias por asistir a mi conferencia sobre la “innovación en el desarrollo interno del talento” en colaboración con RRHH Digital, el pasado 20 de Enero.
Haciendo click aquí puedes ver lo que RRHH Digital publicó tras el evento.
Éramos 63 personas y tratamos estos tres puntos:
- Mi percepción del talento.
- La relación del talento con las empresas post-modernas que ganan cada día más en performance.
- Un taller para probar cómo se puede fácilmente permitir a una empresa transformar su cultura hacia una cultura de empresa post-moderna.
Al final de este resumen, te recordaré la oferta que anuncié el 20 de enero, solo para los asistentes a la conferencia.
EL TALENTO:
A la pregunta “¿Cómo defines el talento?” me gusta contestar: “para mí, el talento son 2 cm”.
Efectivamente, puede parecer un chiste, pero hablo en serio. Veamos algunos ejemplos:
Nadal: su bola se queda 2cm más en la pista que la de sus competidores
Usain Boltz: cuando gana siempre tiene un mínimo de 2 cm de avance sobre sus competidores.
Zinedine Zidane: a 2 cm su pelota entraba en la portería y no daba al palo ni el portero la paraba.
La metáfora es la misma para los artistas. Mozart, Beethoven no nacieron con una partitura de música. Picasso, Goya, no nacieron con un pincel.
Para mí el talento es como el azar, una palabra que hemos inventado para no investigar realmente cómo hacen los que tienen talento. Simplemente porque sabemos conscientemente o inconscientemente que desarrollar nuestro talento es entrar en nuestra zona de no confort.
Cuando investigamos, vemos que los que decimos que tienen talento (prefiero más la palabra de éxito a largo plazo), tienen los siguientes puntos comunes:
- Pasión por lo que hacen
- Trabajan mucho, repiten, mejoran cada día: ¿Cómo puedo hoy ser mejor que ayer?
- Perseverancia
- Un objetivo claro y que sea su propio objetivo
- Un entorno que permite lograr el objetivo de la persona.
Al final vemos que el que tiene un equilibro en estos 5 puntos está feliz. Debería ser nuestra forma de ser. Todos tenemos talento, todos podemos ir a buscar estos 2 cm. Pero muchas veces el ser humano no se enfoca en estos 2 cm porque tiene bloqueos.
Hablé de cuatro bloqueos a lo largo de la conferencia:
- El miedo a perder, que se mezcla con en el miedo a ser juzgado por uno mismo y por los demás. “¿Qué me dirán si no llego?. También hay miedo a ganar, porque si gano sé que mi vida puede cambiar y no sé si lo quiero verdaderamente. A veces también se habla de complejo de inferioridad, es cierto que si es demasiado importante para una persona, mejor que lo trate con un psicólogo.
- La falta de perseverancia o el abandono: de los fracasos se aprende más que de los éxitos.
- El perfeccionismo, que no permite la acción y el fracaso. “Quiero hacerlo perfectamente desde el primer ensayo”.
- El entorno cercano (familia, amigos, amigas) que nos ama demasiado y nos encierra sin querer. Cuando uno está en un proceso de cambio, de forma sistémica su sistema entra igualmente en un proceso de cambio. Todo proceso de cambio pasa por zonas de no confort. A veces nuestro entorno, por querernos, nos hace un montón de preguntas que a la larga se pueden convertir en dudas y no en acciones. ¿Cómo nuestro entorno nos permite ver la realidad y, desde ese acto de compartir, la realidad del sistema evoluciona, y las preguntas analíticas no se transforman en dudas, sino en preguntas que permiten la acción, la protección y el permiso de crecer? De esta forma el sistema es distinto y 1 +1 es siempre superior a 3.
En la empresa es igual, se producen los mismos bloqueos. Louis Dantin lo resume estupendamente: “el alma de las empresas debería ser el talento”.
Podría decirse que un talento en una empresa es una persona que por sus competencias, su potencial, es un verdadero valor añadido para la empresa. Si se va, la empresa pierde un gran valor tanto humano como financiero.
Por tanto, hay empresas que no van a buscar talento fuera de ellas y tienen un gran performance .Solo han cambiado de marco de referencia:
LAS EMPRESAS POST-MODERNAS
El talentoso Peter Druker, quien investigó horas y horas, años y años sobre la performance de las empresas, dice: “En momentos de turbulencia, el peligro más grande no es la turbulencia, es actuar con la lógica de ayer”.
En la conferencia hemos visto que las empresas post-modernas han pasado de una lógica de planificación a una lógica de intuición.
Esta foto lo resume todo: